"Argelia ha decidido proceder a la suspensión inmediata del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación que hasta ahora regía las relaciones de desarrollo entre ambos países". Con estas palabras anunciaba la Presidencia de la República de Argelia este miércoles que rompía el acuerdo con España. Esta decisión llega escasas horas después de la comparecencia de Sánchez ante el Congreso, donde ha defendido el cambio de posición con respecto al Sáhara Occidental.
Esta nueva medida de presión de Argel se suma a las ya adoptadas desde el pasado 19 de marzo, cuando se dio a conocer que España apoyaba el plan de autonomía marroquí para el Sáhara. Argelia, máximo valedor de la causa saharaui, llamó en ese momento a consultas al embajador argelino en Madrid, que no ha vuelto a España desde entonces.
En estos meses, el Gobierno se ha afanado en subrayar que Argelia es un "socio sólido y fiable" y en poner de relieve que siempre ha cumplido sus contratos internacionales en materia energética, cuestionando así que la crisis diplomática pueda tener un impacto en el suministro de gas a España.
Más recientemente, el pasado 6 de marzo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuvo una conversación telefónica con el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, al que expresó su voluntad de fortalecer la cooperación energética y le agradeció ser "un socio energético confiable". Sin embargo, el pasado mes de abril, el Gobierno argelino amenazó con dejar de suministrar gas a España si este se lo vendía a Marruecos.
¿Qué dice el Tratado de Amistad y Buena Vecindad?
España y Argelia mantienen relaciones diplomáticas desde la independencia del país norteafricano, el 3 de julio de 1962. No obstante, no fue hasta el año 2002 cuando se creó un tratado entre ambos Estados, donde se regulaban múltiples ámbitos: desde el económico y financiero, hasta el de Defensa y seguridad. Según los signatarios, el ya fallecido presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, y el entonces jefe del Gobierno español, José María Aznar, el acuerdo convertía en "estratégica" la relación entre ambos países.
En ese mismo año, Aznar anunció la primera reunión de Alto Nivel entre España y Argelia, que tuvo lugar los días 26 y 27 de noviembre de 2003 en Argel entre ambos mandatarios. Al final de dicho encuentro, ambos presidentes expresaron su voluntad común de seguir cooperando para contribuir a la paz en el Mediterráneo.
A nivel político, en el tratado de amistad se acordó realizar dos reuniones cada año; una entre los jefes de Gobierno y otras entre ministros de Asuntos Exteriores, alternando la sede entre Argelia y España. Esto, sin embargo, no se ha cumplido.
De especial importancia fue la IV Reunión celebrada el 7 de enero de 2010 en Madrid en la que se decidió crear un grupo de trabajo para potenciar la relación energética entre ambos países en cuanto al suministro de gas y petróleo. En el ámbito económico, ambos países se comprometieron en el tratado a "prestar especial atención a los proyectos de infraestructura, particularmente en los campos de la energía, obras públicas y viviendas, transportes y comunicaciones, pesca marítima, protección del medio ambiente y gestión de recursos naturales".
También tuvo especial relevancia la V Reunión, celebrada en enero de 2013 en Argel, la primera que presidió Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, y que cerró con el fin de aumentar la presencia de empresas españolas en Argelia y con el acuerdo de avanzar en la posibilidad de prolongar el gasoducto Medgaz, que unía la costa argelina con la provincia de Almería.
Otro punto importante del tratado tenía que ver con la cooperación en seguridad, donde ambos Estados "reafirman su voluntad común de luchar contra el terrorismo transnacional" y "acuerdan reforzar su cooperación bilateral entre las instituciones competentes, en particular en los ámbitos de la coordinación en el intercambio de información, de la prevención y de la lucha operacional contra el terrorismo".
El Gobierno español respaldó a Argelia para frenar la amenaza de Al Qaeda en el norte de África, grupo que recientemente había secuestrado a tres cooperantes catalanes en Mauritania. Además, recientemente España ha entregado a Argelia a Mohamed Benhalima, un disidente que denunció la corrupción del régimen argelino y que Argel le acusa de terrorista.
La suspensión de este tratado se enmarca dentro de las medidas de presión del Gobierno de Argelia, pero no tendrá repercusión directa en acuerdos energéticos como la venta de gas a España. Por su parte, el Gobierno ha lamentado la decisión pero ha remarcado su compromiso con el "contenido" y los "principios" del tratado, e insisten en mantener una relación de cooperación con el país magrebí.
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